viernes, 15 de marzo de 2013

Democracia o marginalidad

Según el autor, “la democracia es progreso, desarrollo personal, plenitud de energía en un sistema compartido por todos, con conciencia de derechos  responsabilidades, de totalidad y de comunidad. Y marginalidad es el individualismo, el aislamiento, la miopía de muchos sin visión, ni objetivos”. Sabiendo esto podemos ahora realizar la pregunta que muchos venezolanos nunca se han detenido a hacerse, ¿Democracia o marginalidad?... la gran mayoría de los venezolanos creen en el gobierno implantado que se hace llamar “democrático” , mientras el resto que no lo comparte o simplemente no le presta atención se queda al margen y hace caso omiso a esto, como si la forma de gobierno implantada en su país no le influyera en nada. A estos venezolanos muchos son los denominados “cómodos” , que en vez de querer aportar ideas a su país, ayudar o fomentar nuevas ideologías, se quedan al margen, dejando que los demás decidan o se hagan cargo de la situación del país.
La democracia de Venezuela siempre se renueva en cada proceso electoral, donde cada candidato lanza su candidatura con el típico discurso de “libertad e igualdad, trabajo para todos” sin importarle si su discurso de verdad tiene coherencia y más aun sin importarle si él mismo cree en lo que esta diciendo, mientras que el venezolano acostumbrado sigue este ideal sin saber si realmente es democrático o no. ¿Pero en donde se refleja la marginalidad?, un claro ejemplo de esto es el típico mapa del individualismo, su carencia de conciencia social, su ausentismo político, su sin sentido histórico; con esto viene lo que significa la carencia de un contexto social democráticamente organizado.  Actualmente cada uno tiene que ingeniárselas para ser su propio medico, su propio policía, su propio maestro, su propio gobierno, debido a que lo que se ve ahora es que nadie importa a nadie. Ya basta de que nuestro país se encuentre de esta forma, si queremos otra democracia hay que asumirla con conciencia. Ya basta de ver al pasado, hay que ver el presente y el futuro, ya que el pasado no lo construimos nosotros. Hay que cambiar de actitudes, de valores y mapas, y empezar a plantearnos formas que nos hagan salir del individualismo del típico: “quítate tu pa ponerme yo”, y así avanzar. Los venezolanos deberíamos darnos cuenta que nuestro país puede llegar a ser una nación si se lo proponen y si se crea una unión.
El autor nos indica que el 80% de la población venezolana es marginal, pero no en el sentido socioeconómico sino en la conciencia de sí mismos, mientras que el otro 20% son los venezolanos que atienden sus necesidades que no necesita de padres postizos ni de gobiernos populistas, lucha y sale adelante en cualquier terreno; este 20% es quien mantiene vigente al país, dándole color y creando la convicción de que aún hay esperanzas para nuestra sociedad.

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